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Mostrando entradas de mayo, 2013

Cosas que nunca se borran

De vez en cuando, casi siempre con los cambios políticos, se sucede el debate sobre la educación. Todos los que tienen un lugar donde opinar se lanzan en barrena, argumentan, discuten, proponen, opinan. La mayoría de estos "opinantes" no conocen la educación por dentro más allá de que ellos mismos fueron educandos o tienen hijos que van al colegio. Esta experiencia indirecta es suficiente para convertirse en dueños de la verdad. La verdadera problemática de la educación, de las escuelas, colegios e institutos, se escapa de la normativa, no tiene que ver con religión sí o no, con ciudadanía sí o no, ni siquiera con el hecho de que se enseñe o aprenda en una lengua o en otra. La verdadera esencia de la educación, del hecho de educar, del arte de enseñar, como quiera decirse, va mucho más allá y tiene un componente técnico y especializado desconocido para la mayoría. Tiene también una vertiente humana, emocional, que la distingue de otras actividades. Por eso los maestros y

Feliz cumpleaños

Feliz cumpleaños. Felicidades por ser Bueno, Simpático, Alegre, Inteligente, Trabajador, Responsable, Brillante, Original, Listo, Dispuesto, Cinéfilo, Generoso, Independiente, Pacífico, Chistoso, Altísimo, Guapísimo y sobre todo... El mejor hijo del mundo mundial...

Caracol y el Concurso de Granada

El Concurso de Cante Jondo de Granada, celebrado en el mes de Junio de 1922, es, para todos los aficionados al flamenco, simplemente “el Concurso”. Todos sabemos a que nos referimos cuando usamos esa expresión. Por muchas opiniones que surjan, por mucho que se entablen debates, lo innegable es que supone un hito en el flamenco, al modo en que estos hitos van configurando el arte y la historia.  Fue un acontecimiento muy importante por diversos motivos y para Caracol significó algo definitivo: entrar por la puerta grande en el mundo profesional del flamenco. Después de obtener un premio en este Concurso, ya pudo actuar como profesional en toda regla, sin necesidad de empezar poco a poco, como otros muchos artistas, que iban en las compañías formando parte del atrás, como secundario del cante o como uno más. Se saltó el meritoriaje y se encaramó a una cima en la que se mantuvo durante cincuenta años, en todas y cada una de las formas en las que el flamenco se presenta a los público

Los niños invisibles

Imagina que estás sentado en un pupitre, en un aula cualquiera de cualquier centro educativo, durante seis horas al día, cinco días a la semana. Estás sentado y pasan por delante de ti conceptos, ideas, trabajos, problemas, palabras… sin que logres entender qué significan. Imagínatelo porque así se sienten los niños invisibles, los niños del último banco como los llamaba el poeta Lorca, los niños que, por el azar de la vida, que es caprichoso e injusto, tienen “algo” que los sitúa en un lugar lejano del saber. He conocido a algunos de estos niños y puedo citar sus nombres y sus historias. Está Gregorio, que era hijo de unos temporeros y que nunca estuvo más de un curso en el mismo sitio. Su asombro era el mismo cada año, pues tenía que ver rostros nuevos, aulas diferentes, profesores distintos. También Manolito, que no lograba, por más que lo quisiera, unir los trazos de las letras convenientemente, de forma que las letras formaban en su cuaderno un mapa indescifrable, que no t