Mi amiga Milagros ha llevado a cabo estos días un acto heroico: me ha prestado un libro. Hace años que no presto libros y, si lo hago, el receptor o receptora me firma un Recibí en toda regla, en el que, a modo de contrato, se compromete a devolverme el libro si no se quiere aventurar a sufrir toda clase de castigos. Es lo que hay. Mi biblioteca es sagrada y eso de que os preste un libro y os lo quedéis por la cara, como que no. Mi amiga Milagros es un poco heroína porque, ya os digo, me ha prestado un libro. El libro está escrito por dos mujeres y un hombre. Al hombre solamente le han dejado escribir el prólogo y se ha conformado con eso, lo cual que es un punto muy a su favor. Está bien escrito ese prólogo, la verdad, pero en él denota su condición inevitable de sevillano porque llama zaguán a lo que, en Cádiz, es casapuerta. Salvado este pequeño detalle, todo correcto. Bien, José Ignacio Artillo Pavón. El resto del libro es cosa de mujeres. De dos. Lita y Nené. Una hab
¡Cumplimos 15 años! 2009-2024