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"Las fidelidades" de Diane Brasseur

Este es uno de esos libros que encuentro al azar recorriendo una librería. No había leído previamente ninguna recomendación. Nadie me había hablado de él. Es un libro anónimo que observé en una estantería de novedades y que me hizo pararme. El tema me atrajo. La portada también. 

Lo abrí por una página cualquiera: "Me dice que tiene miedo, me dice que la simple idea de que comparta la cama con otra mujer, aunque sólo sea once noches al mes, se le ha hecho insoportable, me dice que empieza a sentir rencor, y yo me siento con la espalda bien recta y saco pecho, como un hombre, y trato de responder: "Lo comprendo", porque lo comprendo, pero tengo la garganta atenazada y no me pasa el aire, ni la saliva, ni el humo del cigarrillo"

Presiento que el libro va a tratar de descifrar que sienten las mujeres cuando el hombre al que aman no es fiel. Olvidemos la palabra "infidelidad", dice la autora. Hablemos de la fidelidad, de qué significa en concreto, no con juicios morales o palabras grandes. Simplemente la fidelidad en pequeños detalles. O la ausencia de ella. Pensemos en el hombre que amas. En sus manos, por ejemplo. Sus manos te acarician. Las conoces muy bien. Manos suaves, ásperas, largas, anchas, da igual. Son unas manos que pasan sobre ti, te cubren, recorren tu más íntimo itinerario y te reconocen. Esas manos, en algún momento del tiempo, mientras tú estás leyendo un libro, trabajando o viendo una película, hacen los mismos gestos, el mismo recorrido, en otro cuerpo. Otra mujer ocupa tu lugar. Y tú lo sabes. Entonces escudriñas dentro de ti y quieres adivinar qué sientes. Quieres describir tu sensación al saber que ese hombre posa su mirada en otro rostro, que su risa se mezcla con la de una mujer desconocida, que está sentado junto a otra, quizá en el cine o en el teatro, o en un banco del parque. 

Esa es la ausencia de fidelidad para Diane Brasseur. Todos y cada uno de los pequeños detalles cotidianos de nuestra pequeña vida absurda, de nuestra existencia finita y escasa de placeres las más de las veces. Ese dolor del corazón que sea posa en el estómago con la ausencia tejida de sospecha, con la confirmación del doble juego, con la evidencia de que compartes al hombre que amas y que sus manos tienen un doble recorrido. No es fácil. Y surge la pregunta ¿puede amarse a dos personas a la vez? Pregunta eterna que aparece y reaparece. Y, tras la pregunta, una respuesta indecisa y una decisión. El hombre ha de decidir si permanece donde está, en la seguridad envolvente de su vida familiar, junto a la mujer de todas las horas y su hija o se marcha a un cafetín silencioso en el que una chica de bufanda azul espera la nada.

Este libro de Diane Brasseur sigue una estela ya iniciada en la que las mujeres hablan de lo que les concierne con su propia voz. La historia de la literatura está llena de acercamientos al amor, al desamor, la pasión, la infidelidad, el deseo, las emociones, todo con la voz de los hombres. Ahora las mujeres parecen haber decidido dejar oír su propia voz. Esta es una de ellas. No son voces unívocas, pero sí se plantean los problemas de siempre, los problemas que no tienen una solución porque dependen de las circunstancias y sobre todo de las personas. He aquí que estamos ante un eterno dilema. 

"Las fidelidades" de Diane Brasseur. Narrativa Salamandra. Traducción del francés de Mercedes Abad. 
Diane Brasseur nació en Suiza, se crió en Estrasburgo y estudió cine en París, donde vive en la actualidad y se dedica a la escritura de guiones cinematográficos. "Las fidelidades" su primera novela, tuvo una excelente acogida entre la crítica y el público franceses.

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