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Mostrando entradas de junio, 2017

"El trabajo cultural" de Luciano Bianciardi

Conocí una vez a un astuto observador de la vida, cuya privilegiada mente le permitía desdoblarse y convertirse a la vez en actor y voyeur de los acontecimientos. Ese fenómeno solo es posible si la claridad y la ironía son el componente fundamental de nuestro pensamiento. Se trata de ser objetivo sin parecer un pesimista impostado y sin echar campanas al vuelo que resulten innecesarias.  Luciano Bianciardi (1922-1971) es exactamente eso. Alguien que observa. El escritor siempre es alguien que observa pero esa observación en ocasiones se reviste de capas sucesivas que convierten la literatura en un producto que puede consumirse y no atragantarse. Bianciardi no estaba nada preocupado por el efecto de sus palabras sino más bien por hacer buen uso de su espíritu independiente, anclado en la perpetua discusión consigo mismo y ajeno a los dogmas y a las aseveraciones.  En este segundo libro que la editorial errata naturae publica de quien fue, además de escritor, bibliotecari

Libros, autores... y el traje nuevo del emperador

"El traje nuevo del emperador" de Hans Christian Andersen es uno de mis cuentos favoritos. La moraleja que encierra es genial. No tiene uno que mirar con los ojos de otros. No siempre lo que muchos ven es la realidad. No hay preguntas estúpidas. Todo eso se guarda en el relato y en su final. Y hay más cosas. El cuento es una muestra del servilismo ante los poderosos, de esa forma de agachar la cabeza ante los que consideramos más que nosotros. A veces ese servilismo ni siquiera pasa por tal y no se advierte. Porque hay personas que nos hacen sentirnos menos que ellos, o que lo intentan.  La inocencia del niño que grita la verdad, el emperador va desnudo, es la culminación de una esperanza. La de conservar esa inocencia, la pureza de los años limpios, el corazón abierto a las cosas como son, no como parecen o como deben ser. Ese grito es un grito que nadie debería dejar atrás, en el desván de la memoria, en la bruma de la infancia perdida.  Si Andersen escribier

Impaciente alegría

Se diría que es la juventud el momento caótico de la risa, el tiempo de los ojos entrecerrados a la espera del estallido. Pero entonces el hombre está perfectamente ocupado en sufrirse a sí mismo, en detestar a sus padres y en poner de manifiesto lo malo que le adorna. Así que los niños y los adolescentes viven en perpetua mutación de posturas, hoy me aguanto, hoy no me soporto, mañana quiero que desaparezcas de mi vista. Se habla entonces de la muerte como si fuera un agradable estado desde el que uno contempla la vida de los otros, incluso con un deje fantasmal pero positivo, lindo y revestido de un perfumen ensordecedor muy lejano del llanto. No dura demasiado el olor de la rosa porque, superados los quince, el tiempo se acelera y se va acercando inexorable al momento de la juventud inconclusa, al sitio en el que no sabes situarte porque lo que debía haber llegado no llegó y lo que viene, no se le espera.  Se pasa uno la vida esperando que algo ocurra. El advenimiento de

"Lo que dijo Harriet" de Beryl Bainbridge

La chica y Harriet rozan la línea del juego peligroso en ese verano de los trece y catorce años en los que sus padres están alerta porque ellas pasan demasiado tiempo lejos de casa, haciendo no se sabe qué. Escriben en una especie de diario lo que hacen pero no la sencilla vida cotidiana y las cosas de adolescentes sino lo prohibido, lo que nunca nadie podría leer.  Harriet tiene catorce años pero la suficiente fuerza como para detener la ira de su padre y convertir toda la historia en una tragedia sin control. Cosas de niñas que terminan siendo desgraciadas incursiones en el terreno de la maldad más ridícula.  No es amor lo que se descubre ese verano , no es la plenitud de los ojos en los ojos ni el roce de las manos. Es más bien el hastío, las relaciones matrimoniales que cansan, las mujeres que estorban, los hombres viejos de mirada lasciva, las niñas que obedecen, las niñas que dictan... Los niños son crueles y no lanzan sobre los demás esa compasión que podría ha

"Todo lo que hay" de James Salter

Antonio Muñoz Molina no había leído a James Salter . En los días siguientes a su muerte, en 2015, se empapó de su obra y escribió que  libros como estos son los que uno da a conocer de inmediato a la persona querida urgiéndole a su lectura. Lo comparto.  Conocí a James Salter hace algunos años, a través de una persona, ese boca a boca literario que es el más útil y perfecto. El contagio de la escritura, de los buenos libros. Me enamoré de su forma de escribir. Esplendorosa forma de hilar las palabras, de recrear los espacios mentales, de contar la vida. Cuando lo leí, creí entrever una dimensión nueva en la escritura, un camino sin recorrer. El libro fue "Todo lo que hay".   Es decir, comencé por el final, por su última obra, la que se escribió desde la total experiencia y con el anuncio cierto de su final. Confieso que su lectura me perturbó. Temas que se tratan desde un punto de vista diferente, o, quizá y sobre todo, propio. No hay reiteraciones ni hay lugares c

"Flores para la señora Harris" de Paul Gallico

Si eres una señora de la limpieza inglesa y dedicas tres años de tu vida a ahorrar libra a libra para comprarte un vestido en  Chez Dior. ..es que tu mente es extraordinaria y tu personalidad única. Eso es lo que hace la señora Harris, viuda y en la sesentena. Las señoras de la limpieza inglesas son diferentes a todas las del orbe, son una especie de raza aparte, pero no esperaba tanta convicción, tanto deseo concentrado y tanta ilusión en un objetivo. Si fuera una ejecutiva de ventas, sería la ejecutiva del año.  Se trata de eso, sin duda, de querer algo con todas tus fuerzas. Así lo siente la señora Harris desde el día en que ve en el armario de una de sus clientas, la señora Dant, dos vestidos de la casa Dior que la dejan absolutamente prendada. Puede una enamorarse de un hombre ( debe  una enamorarse de un hombre) y también de un objeto, por ejemplo, por qué no, de un vestido. Así que Harris (llamémosla así, apeando el tratamiento) se dedica a juntar una libra tras ot

Lorca, residente

(De izquierda a derecha Pepín Bello, Lorca, Juan Centeno y Louis Eaton-Daniel en la Residencia. Fotografía de 1924. Archivo de la R. E.) Aunque ahora nos parezca un sueño los primeros treinta y tantos años del siglo XX fueron un parnaso de sabiduría, inteligencia y arte, a pesar de que el país era casi analfabeto y que la universidad era un reducto para determinada clase social. Pero la cantidad y calidad de los artistas que ejercieron su talento en esos años ha hecho que se denomine Edad de Plata y casi de oro podríamos decir sin exagerar. Uno de esos artistas, el paradigma en muchos sentidos, es Federico García Lorca , a quien la definición de artista cuadra más que la de poeta o la de escritor, por cuanto era dramaturgo, arreglista y compositor de canciones, pintor, pianista y, por supuesto, poeta sensible y elevado.  Hablar de la vida de Lorca en Granada es hacerlo de su casa familiar, la Huerta de San Vicente , donde pasaba los veranos y hacía vida de charla y vis

"Milena" de Margarete Buber-Neumann

Imposible decir si en los dos breves encuentros de Frank Kafka y Milena estalló el aleteo que distingue la atracción entre hombres y mujeres. Sus cartas parecen indicar que entre ellos había un lazo más fuerte que la propia contingencia de la vida, pero también nos dicen que ninguno de los dos supo luchar por lo que amaban, o no lograron saber lo que querían o no pudieron huir de ellos mismos.  Aunque Milena Jesenská ha pasado a la historia de la literatura como el amor de Kafka , sabemos que fue mucho más y que su existencia individual bien podía valer para que fuera recordada. Milena es una de esas personas que no pasa por el mundo sin dejar huella, antes al contrario.  Esta reedición que Tusquets lanza en 2017 ya había visto la luz y recoge el encuentro de la autora con Milena , ambas presas en el campo de concentración de   Ravensbrück donde moriría esta última en el año 1944. Margarete y Milena formaban parte de las presas políticas y ambas habían llegado ya a la concl

"El tiempo entre costuras" de María Dueñas

(La portada del libro de María Dueñas es una imagen del pintor Vettriano) La joven Sira Quiroga es la humilde hija de una modista en el Madrid anterior a la guerra civil. Ayuda a su madre que cose en el taller de Doña Manuela, cuya clientela es de lo mejorcito de la capital. A punto de casarse con Ignacio , su novio, un joven formal y que la quiere mucho, conoce a un sinvergüenza sin paliativos que la engatusa y con el que se marcha de España. Este tipo, Ramiro, la conduce por una senda de saraos y de lujos que sostienen con el dinero y las joyas que el padre verdadero de Sira , un acaudalado empresario llamado Gonzalo , que tiene otros dos hijos de su matrimonio legítimo, le ha dado a Sira como compensación a no haberla reconocido como hija.  Sira y Ramiro se marchan al norte de África, al Protectorado de Marruecos , que era una zona muy frecuentada por los españoles. En Tánger se queda embarazada, Ramiro desaparece con todo el dinero y las joyas y ella se marcha

"Estío" de Edith Wharton

Todos los veranos, durante nuestra estancia en El Puerto de Santa María, vamos a Jerez, al Corte Inglés que hay en esta ciudad. Y, aunque parezca raro, existe en ese gran almacén una librería interesante. Puedes llegar y pedir libros no demasiado usuales, no solamente los best-sellers que se presentan en los carteles anunciadores o en los expositores de la entrada. En esta ocasión buscaba yo un libro de Impedimenta, del que ya os he hablado, La bailarina. He aquí que el señor que me atendió en la librería me condujo, con cara de satisfacción, a un estante donde estaban, no solamente este libro, sino muchos de los publicados por Impedimenta. También aparecían allí otras editoriales menos usuales, entre ellas, Acantilado, que tiene cosas muy interesantes. Y, revolviendo por el estante, encontré algo que no buscaba y que ni siquiera sabía que existía pero que tuve que llevarme como quien se lleva un tesoro. Se trata de un libro de la editorial Veintisiete letras, escrito por mi

"Un amor imposible" de Christine Angot

Rachel, Pierre y Christine forman un triángulo aparentemente sencillo pero que encierra muchas imperfecciones. Rachel es la muchacha de familia sencilla, con un padre ausente y una madre luchadora, que trabaja desde siempre como secretaria y que ansía una vida mejor.  Pierre es un hombre de buena familia, algo inconsciente, algo tarambana, algo narcisista, bastante irresponsable, pero lleno de buenas intenciones aparentes. Un adolescente perpetuo que se guía de sus impulsos y de intereses personales más que de sentimientos. Ambos se enamoran aunque esta sería la primera gran duda.  El amor de Rachel es evidente, el de Pierre dudoso. Si no hubiera esta duda no podría él haber optado por alejarse, tras el embarazo de ella, para casarse con una chica de buena familia y situación económica acomodada.  A partir de ahí, la imagen de la portada representa la espera, la despedida y lo que llama siempre Rachel , la partida. Un adiós continuo aderezado de cartas porque Pierre

"Siete cuentos japoneses" de Junichiro Tanizaki

Junichiro Tanizaki (Tokyo, 1886-Yugawara, 1965), es el autor de esta colección de siete cuentos que la editorial Atalanta ha rescatado. Sus obras se caracterizan por la confrontación entre lo tradicional y lo moderno, en primer lugar, algo que es muy usual en los escritores orientales. Y lo hace del mismo modo en que D. H. Lawrence contraponía en sus novelas y cuentos la civilización de la máquina y la tradición de la naturaleza, añadiéndole un elemento de pureza, de autenticidad, representado en el erotismo y la sensualidad. Las primeras influencias literarias de Tanizaki fueron Edgar Allan Poe y Oscar Wilde y eso puede observarse con claridad en el primer cuento que publicó, en el año 1910 y llamado El tatuador. Fue un observador de la vida que trasladaba aspectos de la suya propia a los libros, en la misma forma en que lo hacen todos los escritores. Así surgió Hay quien prefiere las ortigas , de 1929, en el que los conflictos matrimoniales, divorcio incluido, son un espej

"Viajeros medievales. Los ricos y los insatisfechos" de Margaret Wade Labarge

Hay un delicioso libro de Margaret Wade Labarge titulado "Viajeros medievales. Los ricos y los insatisfechos", editado por Nerea en el que se cuenta cómo la clase adinerada de la Edad Media, lejos de permanecer estáticos en sus dominios, fueran estos los que fueran, viajaban con frecuencia, por motivos diversos: religiosos, militares, políticos, pero también por diversión, sed de conocimientos o de aventuras. Por supuesto, hay algunas cuestiones que diferencian con toda claridad este tipo de viajes y a este tipo de viajeros con respecto a lo que tenemos entre manos hoy día. Para empezar, solamente viajaban los ricos. Y, en segundo lugar, esos viajes se hacían en condiciones de comodidad cero desde nuestro punto de vista. He leído muchas veces la distinción que hacen algunos entre viajeros y turistas, algo que tiene matices, pero con la que puedo estar de acuerdo. Me parece, no obstante, que el turista es un invento muy actual, algo que no ha comenzado a existir hasta q

"Palabras contra el olvido. Vida y obra de María Teresa León" de José Luis Ferris

Había una vez una mujer que, a pesar de que en su tiempo se movía airosa de una ocupación a otra, con firmeza, elegancia y talento, pasó desapercibida con el paso de los años, opacada por el brillo del hombre con el que se casó por segunda vez. Así podría resumirse, sencillamente, la historia de María Teresa León , la esposa de Rafael Alberti , la mujer que fue muchas cosas y de la que poco se recuerda ahora. La bruma cubrió sus últimos años y esa bruma se ha extendido entre nosotros a la hora de situarla en su lugar, en su contexto, en lo que fui y vivió. Una más de las injusticias que se cometen con las mujeres que permanecen ocultas, a veces tras un hombre, a veces tras la vida. El libro nos muestra la niña que fue, rebelde y avispada, que recorrió diversas ciudades por el empleo militar de su padre y que no hacía buenas migas con las monjas del colegio. También nos revela el escaso apego que tenía a su madre (y su madre a ella), las diferencias ideológicas con su único herma