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"Paseando con hombres" de Ann Beattie

Este es un libro que te produce desasosiego. Un libro en cierto modo triste. Un libro realista. Un libro escrito a golpe de vida. Por eso te deja esa sensación de amargura, de acidez, de evidencia. Por eso se lee de un tirón, como si fueras un espectador privilegiado de la historia que cuenta. Lo eres, no te quepa duda. En realidad, cuando abres un libro siempre se despliega ante ti como si fuera una obra de teatro, o mejor aún, como si te asomaras por una ventana entreabierta y descubrieras que la historia se está desarrollando a pocos pasos. Una puerta-ventana, de esas que siempre existen en las mansiones de campo de las novelas inglesas. Las huellas del asesino se reflejan en la tierra húmeda y por eso sabremos quién mató a la doncella. 

Jane es una brillante recién titulada y Neil un manipulador. El encuentro de los dos no puede ser más perjudicial para ella. Eso lo sabemos porque nos lo cuenta. Lo que significa para Neil se queda en la sombra, porque él no nos dice nada. Su mirada nunca aparece, sus pensamientos están ocultos, su visión es oscura y está escondida. Los manipuladores nunca cuentan la realidad de lo que ocurre, nunca viven las cosas como son, sino como ellos quieren que parezca. Hacen juegos malabares con la vida, les dan la vuelta a las cosas, te asesinan emocionalmente y resurgen para seguir haciendo daño, siempre adelante, como si no pasara nada. Neil, es, para nosotros, un tipo lejano, engreído, que engaña a las mujeres y que no nos genera lástima si termina mal. No podemos sentir ninguna empatía por un tipo así. 

Las personas que están en torno a Jane la avisan repetidas veces de su error. Las advertencias se suceden porque es así como ocurre en la vida. Todo el mundo ve con claridad que ese hombre te manipula, que está abusando de tu credulidad o, quizá mejor, del poder que tiene sobre ti. ¿Por qué una muchacha joven, guapa y luminosa, con una inteligencia clarividente, cae en manos de un tipo de esta calaña? Ese es un misterio que no saben resolver ni el psiquiatra, ni el psicólogo ni siquiera las amigas de Jane. Y, entre las advertencias, hay una voz privilegiada: la de la propia mujer de Neil que ha pasado por esto y que conoce el paño. Sus avisos caen en saco roto porque sabe ella misma que volvería a ser una víctima de Neil si él lo quisiera. Nunca ha dejado de mirar atrás por mucho que quiera parecer liberada de ese influjo. Es un peligro potencial que no se acaba nunca. 

El resto de los personajes de la novela están ahí para señalar aún más las diferencias, la absurda separación que existe entre ellos dos. Ben, el antiguo novio de Jane, un muchacho puro y con costumbres hippies, representa la lucidez de lo sencillo, alguien que te quiere sin más artimañas, alguien en quien resplandece cierta bondad que Jane ha dejado atrás en cuanto Neil apareció en su vida. Porque uno de los efectos que causa Neil es que las mujeres se convierten en brujas, gente mala que quiere hacer daño, que exige y que pide continuamente. Las mujeres sinceras son arpías, dice la propia Jane emulando el pensamiento de Neil. Un círculo de manipulación del que resulta muy difícil escapar. Porque Neil odia a las mujeres tanto como las envidia o las desea. Y, sobre todo, odia a las mujeres luminosas, a las mujeres inteligentes, a las mujeres como Jane. Real, como la vida misma. 

Paseando con hombres. Ann Beattie. Ediciones Gatopardo. Fecha de publicación: 2016. Traducción del inglés de Catalina Martínez Muñoz. 

Sinopsis del libro (editorial): En 1980, en Nueva York, Jane, una recién licenciada de Harvard, conoce a Neil, un problemático escritor veinte años mayor que ella. Los dos se convierten rápidamente en amantes y se mudan a un brownstone en el barrio neoyorquino de Chelsea. Neil le revela a la joven las reglas indispensables para vivir la vida: «Si te llevas las sobras de comida de un restaurante, no le comentes al camarero que se las darás al perro, dile que quieres los huesos para “un amigo que hace autopsias”».«Si no puedes hacer el pino (que sería lo preferible) aprende a dar volteretas.» «Haz el amor en los lavabos de los aviones.» «Vístete sólo con impermeables fabricados en Inglaterra.» Sin embargo, Jane descubre enseguida que detrás de las certezas de Neil sólo se ocultan sus propios fracasos y decepciones.

Reseña de la autora (editorial): Ann Beattie (Washington, 1947) está considerada una de las escritoras más importantes de Estados Unidos.
En 1976 publicó su primera novela, Postales de invierno, a la que siguieron Retratos de Will (1990), Nadie como tú (1995), My Life, Starring Dara Falcon (1997) y The Doctor’s House (2002) entre otras. Sin embargo, la fama de Beattie se debe sobre todo a sus libros de relatos, de los que cabe destacar: Distortions (1976), Secrets and Surprises (1978), Where You’ll Find Me and Other Stories (1993), Park City (1998) y Follies: New Stories (2005).
Ha recibido diversos galardones, como el premio de la Academia Estadounidense de las Artes y las Letras (1992), el Premio Pen/Bernard Malamud Award (2000) y el Rea Award for the Short Story (2005).
Actualmente, enseña en la Universidad de Virginia, donde ocupa la Edgar Allan Poe Chair del Departamento de Inglés y Escritura Creativa. Sus cuentos han sido publicados en The New Yorker.

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