Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como James Salter

"La última noche" de James Salter

Salter escribe como si estuviera contándonos las historias sentado en un sofá, mientras nos servimos un café cargado y desplegamos un periódico en el que las noticias de sucesos hablan de bombardeos, de aviones que sobrevuelan países exóticos o de encuentros clandestinos en lugares inhabitables. Desenvuelve los diálogos de sus historias al tiempo que revela el argumento pero cuidando muy bien de que esté en su mano el último movimiento de ajedrez, la vuelta de tuerca que evitará el spoiler. Una trama misteriosa y, a la vez, evidente. ¿Cómo no sospechaste antes, al ver que era Susanna la elegida para compartir esa última noche con ellos, con Walter y Marit? Walter Such es un traductor que escribe con una pluma verde y eso debería bastarnos para levantar nuestras sospechas acerca de él. Marit está enferma, muy enferma, mucho, enferma de esa forma tan nítida, con esos síntomas tan claros, con esa enfermedad que nadie nombra, aunque existe, prolifera, se lleva a los mejores y n

"Todo lo que hay" de James Salter

Antonio Muñoz Molina no había leído a James Salter . En los días siguientes a su muerte, en 2015, se empapó de su obra y escribió que  libros como estos son los que uno da a conocer de inmediato a la persona querida urgiéndole a su lectura. Lo comparto.  Conocí a James Salter hace algunos años, a través de una persona, ese boca a boca literario que es el más útil y perfecto. El contagio de la escritura, de los buenos libros. Me enamoré de su forma de escribir. Esplendorosa forma de hilar las palabras, de recrear los espacios mentales, de contar la vida. Cuando lo leí, creí entrever una dimensión nueva en la escritura, un camino sin recorrer. El libro fue "Todo lo que hay".   Es decir, comencé por el final, por su última obra, la que se escribió desde la total experiencia y con el anuncio cierto de su final. Confieso que su lectura me perturbó. Temas que se tratan desde un punto de vista diferente, o, quizá y sobre todo, propio. No hay reiteraciones ni hay lugares c

"Quemar los días" de James Salter

James Salter (Nueva York 1925-2015) escribió este único libro de Memorias que se publicó en 1972, cuando contaba 72 años. Su prestigio entre los grandes escritores norteamericanos contemporáneos se basa en un número exiguo de obras pero, de tal envergadura, que está plenamente justificado. Si has leído a Salter no lo olvidas. Su estilo es reconocible, sus temas también y su estructura literaria, única. Quizá lo que más atrae a los lectores es su prosa depurada, cuidadísima, acertada y precisa. Una palabra para cada idea y para cada concepto. Y, cuando la palabra no es suficiente, entonces aparece el silencio, tan elocuente como ella. Silencios y palabras forman un universo particular al que podemos acceder con la lectura de algunos de sus libros. Recuerdo la impresión que me causó leer "Juego y distracción" su tercera novela, de 1967. Algunas de sus descripciones, en particular un viaje por el territorio francés, quedan en mi memoria como testimonios únicos de las sensac